NO. Tuve muchos alumnos que insistían en
que sus anteriores maestros, se tomaban valiosos minutos antes de la clase para
hacer “relajación”
Estudio
canto desde los quince años y ninguno de mis cinco maestros me motivó a
relajarme antes de mi clase.
Cantar supone un trabajo físico en el
que debemos emplear algunos músculos importantes de nuestro cuerpo, todo él, es
nuestra caja de resonancia y lo que impulsa el sonido, así es que, más que
relajación, yo les pediría, buena forma.
Lo que ningún maestro de técnica desea
es que su alumno esté “rígido”; lo mismo que un preparador físico de
fútbol ó de cualquier otro deporte, si los músculos permanecen rígidos, se contractaran
rápidamente, perderán fuerza y el organismo se llenará de toxinas (ácido
láctico)
Una pequeña relajación consciente no viene
mal antes de empezar a cantar, pero sólo para olvidar el mundo exterior,
abandonar los problemas fuera del escenario y concentrarse en la tensión que
deberá hacer para lograr una actuación exitosa. El mismo efecto lo produce una
charla amena o sentarse a tomar una taza de café o un rico jugo.
El deportista que levanta pesas no puede
relajar demasiado sus músculos, nunca podría hacer fuerza, debe concentrarse en
aquellos músculos que lo ayudaran a llevar a cabo su tarea.
Los maestros que, toman por rutina, una
relajación como en una clase de Hatha Yoga, están llevando el trabajo del canto
a un terreno que no corresponde. O nunca cantaron ó jamás podrían emitir sin un
micrófono.
El micrófono anula el trabajo físico; y
las técnicas de relajación nunca logran los estímulos necesarios para activar
la máquina del canto, al menos durante las clases de técnica. Es fácil encontrar cantantes profesionales que adoran a su sonidista y arreglista como si fueran dioses.
Siempre les insisto que, durante toda
la pieza que hemos de cantar, tenemos que estar plenamente concentrados, además
de nuestra actuación en la que, el publico nos debe ver bien relajados (para
que no nos devore), en nuestro instrumento, tensionarlo en
donde se debe, para esto se debe saber cómo manejarlo, y un estado de ensoñación o
de extrema rigidez obstaculiza el desempeño.
El maestro de técnica vocal se dedica a
enseñar técnicas para esto, (es por eso que conviene que esté libre para observar
detenidamente a su alumno)
Cuidar su postura, su dicción, colaborar
con el médico para cuidar de su salud, y hasta en lo que piensa al
cantar.
Para ello debe estar preparado (un
cantante no puede enseñar técnica vocal, un músico tampoco, un maestro sin
pianista, menos)
Durante las primeras clases yo suelo enseñar relajación, pero solo es para desinhibir al alumno conmigo. Pero luego trato de que permanezcan concentrados en lo que tienen que hacer, de escuchar y aplicar los consejos.
En el año 1999 una alumna mía entró a un
coro muy ”Konocido” en el que el director del coro tenía a un profesor de Hatha
para hacer una relajación antes de la clase; obviamente, en ese estado de
deserción vital, salía como salía, era un pésimo coro.
Cuando un maestro dirige la concentración
del alumno es imposible que tensione otro órgano que no sea el que deba
utilizar, y cuando ése alumno adquiere la habilidad de utilizar naturalmente su
cuerpo, ya no tendrá rigidez en público; ¿Nervios? Claro que sí, si es
responsable tendrá los nervios normales de toda representación pública, una vez
que empiece a cantar, se concentrará en manejar su instrumento.
Así que, mis blancas palomitas, para que de sus boquitas salgan sonidos, robustos y parejos, no sean prejuiciosas con lo que los otros piensan de ustedes y estarán menos nerviosas.
Además la expectación, la euforia,
tonifican los reflejos.
Antes de salir a cantar, es lógico estar
nervioso, lo que no debe pasar es somatizar; pues no es conveniente tomar
medicamentos que relajen demasiado los músculos que deberán emplearse para
sostener, apoyar, emitir, etc.
Sobre todo para los cantantes líricos
que no dependen de ningún amplificador que no sea su propio cuerpo.
Deben dormir bien, mantenerse hidratados
y bien alimentados, la noche anterior a una presentación.
Existen técnicas para
relajar moderadamente, especialmente para el acoso del pensamiento, pero no
sirve una relajación muscular, yo siempre recomendé aprovechar la euforia,
saltar, correr, jugar con almohadones, para distraerse y soltar el exceso de ácido
láctico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario